Viviendo inmersos en la cultura occidental e influenciados por las festividades americanas, es difícil pasar un 14 de febrero sin recordar que es el Día del Amor y la Amistad: en todos los restaurantes anuncian sus paquetes especiales, hay personas vendiendo arreglos de flores por doquier, las tiendas anuncian sus especiales de febrero, todo nos insta a comprar o a recodar que está en puertas el día en que muchos eligen festejar de una manera más notoria, si queremos decirlo así, el día dedicado al amor.
Sabemos perfectamente que no debería de haber un día dedicado al amor y la amistad para hacer algo especial por nuestros seres queridos, en especial, por nuestra pareja. El único día que realmente importa, en el cual podemos celebrar y festejar con esa persona especial el cariño que nos une a ella, es el hoy, el presente.
¡Por eso se llama así! Presente: porque el hoy es el regalo más grande que tenemos. La oportunidad que se nos da cada día para sacar lo mejor que hay en nosotros, para elegir amar y entregarnos a los demás; depende de nosotros si aceptamos o no esa libertad y responsabilidad.
Hay quien pudiera estar diciendo:
– “¿Y si corté con mi novi@? ¿Si me separé de mi espos@? ¿Si estoy sol@? ¡Ya no puedo dar esa parte de mi!”
Pero no: eso es una mentira. Todos los días podemos dar lo mejor de nosotros, decidir darnos a los demás, aunque no tengamos una pareja sentimental en estos momentos.
Nuestra capacidad de amar va mucho más allá de sólo el amor romántico. Todos somos hijos de alguien, hermanos de alguien, sobrinos de alguien, tíos de alguien, amigos de alguien, compañeros de trabajo de alguien; y en todos y cada uno de esos roles de vida que tenemos se nos invita a amar y servir.
Admirar un amanecer, una sonrisa verdadera, preocuparme por el que está a mi lado, cederle el paso a alguien, escuchar al que me busca, darle tiempo al que necesita mi ayuda… cada minuto de nuestra vida es una oportunidad que tenemos de darnos, y darnos es amar, es entregar lo mejor de nosotros.
Así que no hay que centrar nuestra energía añorando lo que no tenemos, de nada sirve preocuparnos. Mejor ocuparnos en lo que sí tenemos y podemos hacer cada día. Hacer el ejercicio diario de enfocaron en lo importante de nuestras vidas, no permitir que lo urgente nos ocupe todo el día y pase que se nos acabe el día y nos preguntemos: ¿qué hice hoy?
Así como nos preocupamos por nuestro futuro y decidimos contratar un seguro ya sea de vida, gastos médicos, daños, para que nos den esa seguridad de estar respaldados en el momento de la necesidad. De igual modo enfoquémonos en trabajar cada día por ser la mejor versión de nosotros mismos dándonos a los que tenemos cerca. Esta sería la mejor manera de “asegurarnos” en cuestiones del “corazón”, de prepararnos para cuando llegue esa persona con la que elijamos iniciar una relación romántica. Pocas cosas atraen más que ser auténticos y alegres. Una sonrisa ha robado más de un corazón.
0 Comentario