Si viviéramos en lugares como Quebec, Sao Paulo o Siberia, que se encuentran situados lejos de las fronteras de placas tectónicas, no tendríamos que preocuparnos mucho por qué hacer ante un sismo, y menos por asegurar nuestro hogar o nuestro lugar de trabajo para tales eventos.
Pero si vivimos en la Ciudad de México o en alguna otra de las zonas de nuestro país afectadas frecuentemente por estos fenómenos naturales… es razonable buscar estar asegurados en caso de sismos.
No habrá comparación en la suma que invirtamos a la seguridad de nuestros hogares u oficinas comparado a lo que nos puede salir no estar asegurados y ver nuestros inmuebles perdidos de un día a otro, o peor, salir lastimados o alguno de nuestros seres queridos, y no tenerlos cubiertos en una póliza que nos permita obtener una atención rápida y eficaz desde la ambulancia hasta el hospital y el tiempo de recuperación que muchas veces suponen lesiones graves.
Desgraciadamente en un segundo puede cambiar la vida y destinos de muchas personas, pero no será lo mismo para quienes hayan prevenido y cuenten con el respaldo de su seguro, que para quienes no tengan ese salvavidas y se vean sin casa y sin medios para poder mejorar su situación rápidamente.
Asegura a tu familia y tu hogar, no te arrepentirás.
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