Estás a punto de acostarte después de un largo y pesado día. Cierras los ojos y escuchas súbitamente ese sonido que nos quita el sueño a los habitantes de la CDMX. Sales de tu casa y te reúnes con vecinos “¿Están bien?, “Se sintió horrible”, “Ahora si me espantó”, “Fue de x magnitud con epicentro en x estado”. Entre nervios y bromas pasa el momento de estrés y todos regresan a sus hogares. Aunque en realidad no todos superan esta tensión con la misma facilidad.
El estrés es la respuesta inmediata después de un sismo y es más normal de lo que pensamos, ya que el miedo a este fenómeno responde a un instinto de supervivencia.
Al 50% y 60% de la población le toma entre dos y tres horas después del suceso el superar la angustia, explica Jorge Álvarez, especialista de la Facultad de Psicología (FP) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Al 40% restante le puede tomar hasta un mes en reponerse. Los síntomas van desde disminución de la atención, amnesia momentánea, desorientación, temblores, agresividad e inquietudes, explica Flor Gil Bernal, especialista del departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana. Esto se define como estrés agudo.
Si los síntomas persisten después de un mes, la persona padece estrés postraumático. Entre 1% y 14% de la población requiere tratamiento psicológico para aminorar el miedo.
En caso de que hayan pasado seis meses y no se haya podido superar, la persona presenta estrés postraumático crónico.
Existen distintas técnicas para disminuir el miedo después de un sismo, como:
- Verbalización: Habla y externa el sentimiento que te provocó el sismo.
- Narrativa: Escribe tus pensamientos y emociones.
- Identifica los pensamientos recurrentes que detonen el miedo para poder tratarlos.
- Anticípate a los riesgos con un plan de protección y una mochila de emergencia.
- Técnicas de relajación: La respiración juega un papel fundamental, ya que al exhalar automáticamente se relajan los músculos.
- Busca ayuda profesional en caso de que el estrés persista.
Vivimos en un país con una alta actividad sísmica, por lo que somos más propensos a las situaciones que nos detonen el estrés. Debemos aprender anticipar los riesgos ya que solo de esta forma estaremos más preparados y tendremos una mejor respuesta y recuperación ante esta clase de fenómenos. Recuerda que el 90% de las pérdidas humanas se puede evitar si la gente sabe qué hacer.
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Fuente: CNN Español
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