“Acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro”. Así define la RAE a la palabra emprender.
En el mundo de los negocios está muy de moda hablar del “emprendimiento” o sobre “los emprendedores”. Emprendimiento deriva del vocablo francés entrepreneur, que en el siglo XVI describía a los hombres que participaban en expediciones militares. A inicios del siglo XVIII, se amplió su significado para denominar a quienes edificaban grandes catedrales, a los constructores de puentes y a contratistas de rutas. La palabra significa pionero y en la actualidad se emplea para aludir a quien inicia una nueva empresa o proyecto .
A los emprendedores los imaginamos como jóvenes llenos de vida, proyectos, ideas y miles de sueños por cumplir; pero emprender conlleva más que concebir grandes ideas o comenzar un proyecto. La misma definición nos advierte que emprender implica acometer algo que encerrará ciertas dificultades u obstáculos; de ahí que pensemos en los emprendedores como personas valientes que arriesgan lo que tienen por un sueño. Correr riesgos resulta siempre una gran aventura y si bien una vida plena ha de encontrase llena de aventura, hay que considerar los riesgos con los ojos abiertos.
El emprendedor sueña con dedicarse a aquello que más le gusta y que, además, sea un buen negocio; es decir, quiere la felicidad y obtener ganancias financieras. ¿Quién no desea ganar dinero por hacer lo que le gusta? Sin duda es el sueño de todos. Sin embargo, hemos de tomar en cuenta que alcanzar nuestro anhelo requerirá de mucho trabajo, de esfuerzo y constancia, de no rendirse ni a la primera ni a la centésima vez. Alcanzar nuestras legítimas ambiciones puede costarnos toda la vida y requerir mucho tiempo y dedicación de nuestra parte.
Es por ello que lo primero que hay que hacer es establecer nuestras jerarquías en la vida, sólo así, considerando aquello que más valoramos (la familia, los amigos, el trabajo, los pasatiempos), podremos dibujar un mapa de nuestros sueños y buscar la forma de llegar a ellos. Quizá muchas veces el trayecto exija renunciar o aplazar otros proyectos u oportunidades. De ahí la importancia de contar con una visión muy definida del sitio al que quieres llegar. Igualmente importante resulta valorar los medios que utilizaremos para alcanzar nuestros anhelos. Recordemos que “el fin no justifica los medios” y que “no hay mejor almohada que una buena conciencia”.
Si buscas ser un emprendedor, iniciar tu propio negocio y alcanzar tus sueños, ten muy en claro lo siguiente:
- Tus principios, pues serán la base del negocio que comiences a construir y los irás transmitiendo a la gente que se una a tu proyecto. Toma en cuenta que valores como la honestidad, el respeto, la excelencia y el profesionalismo siempre serán apreciados y generarán confianza en tus futuros clientes.
- Aplica la regla de oro: trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti mismo, contagia la ilusión por tu proyecto, esfuérzate en todo momento y recuerda que ningún sueño se alcanza por sí solo. Tu equipo de trabajo y tus seres queridos serán la base que te sostenga en momentos difíciles y quienes estarán a tu lado para celebrar tus éxitos. Así que ya sabes, no descuides lo más importante, tu gente, y todo lo demás vendrá por añadidura.
- Un consejo: la historiografía tradicional narraque la reina Isabel la Católica fue el principal apoyo de Colón para realizar su proyecto descubridor. Incluso su hijo Hernando Colón refiere que la reina ofreció empeñar sus joyas para financiar el viaje, pero eso es imposible porque la reina tenía sus joyas empeñadas como garantía de un préstamo para financiar la guerra de Granada. En realidad, Luis de Santángel, quien administraba las finanzas de la corte y era tesorero de la Santa Hermandad, prestó a los reyes 1 millón 140 mil maravedíes y Colón invirtió 250 mil. Por su parte, la comunidad de Palos aportó dos carabelas para saldar una deuda que tenía con la corona.
En esta época es un poco más difícil encontrar inversionistas de este estilo y si a Colón lo amenazaba un naufragio en el sentido literal, los emprendedores contemporáneos enfrentan varios riesgos como pagos norealizados por los clientes, el daño a la reputación, la pérdida de datos y propiedad intelectual, daños a las instalaciones (incendios, inundaciones) y demandas por parte de algún cliente o los riesgos derivados de ciberdelitos. Los seguros contra incendio, los seguros de vida colectivos, los seguros de flotilla vehicular y los seguros de responsabilidad civil, entre muchos otros productos, contribuyen a que tu navegación llegue a buen puerto.
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