Con-fianza

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En este mundo tan extenso, sobrepoblado y globalizado, donde las modernas tecnologías nos permiten estar todos conectados, parecería que todos nos conocemos, como si fuésemos los habitantes de un pueblito, fenómeno al que el sociólogo canadiense Marshall McLuhan denominó “aldea global”. En las redes sociales enlistamos a cientos o miles de “amigos” o “contactos”. En este contexto de aparente cercanía, nos tenemos que preguntar por el papel que juega la confianza en la vida diaria.

Conocer no significa necesariamente confiar. Podemos conocer muchas personas, pero ¿en cuántas confías? o ¿cuántas confían en ti? No son preguntas fáciles de responder porque la confianza no es gratis, hay que ganarla, construirla, demostrarla.

Mucha gente dice que ganar la confianza toma años y perderla sólo toma un segundo.

Buscar que otros nos otorguen su confianza es un esfuerzo que vale la pena, pues implicará que también podremos confiar en ellos. Es raro ver que esta actitud se dé sólo por un lado: normalmente, si alguien tiene certidumbre de tu honestidad, de tu manera de ser y de pensar, también tú la tendrás respecto de esa persona. Si quieres confiar en alguien, esa persona también debe poder confiar en ti. La confianza, o es mutua, o es desconfianza.

Confianza 1

Es bien sabido que no es conveniente brindar tu confianza a cualquiera, pues si no conoces bien a la persona corres un gran riesgo de ser lastimado y sufrir algún tipo de pérdida. Uno de los ámbitos donde la certidumbre sobre el actuar de un tercero resulta especialmente difícil es el económico: los negocios y las relaciones laborales implican siempre un grado de riesgo.

Al momento de cerrar un trato o firmar un contrato, la esperanza de que la otra parte actúe de acuerdo a lo establecido no es suficiente para estar 100% seguros de que cumplirá, no importa cuánto conozcamos a esa persona. No resulta extraño que muchos negocios con “amigos” o familiares, acaben con el negocio, con la amistad y con la armonía familiar. Como dice el dicho: “cuentas claras, amistades largas”. No obstante, hay una manera de controlar esos riesgos.

Confianza 2

Para garantizar la seguridad en el mundo de los negocios es indispensable contratar una fianza. Se trata de una garantía que te asegura que se cumplirá la obligación acordada de antemano. Si la parte no cumple lo establecido, entonces habrá una compensación por parte de la afianzadora.

Recuerda siempre exigir una fianza a la parte con la que estas realizando un contrato. No es coincidencia que usemos la palabra “con–fianza” para expresar esta importante virtud. La palabra confianza proviene del latín y quiere decir “con toda la fe”; así, si la confianza es madre del descuido, la fianza es madre de la certidumbre.

Para más información sobre las fianzas, sus condiciones y contrataciones, contáctanos.

En Ancora, tu Bróker de confianza, nos ocupamos de ti.
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