Nuevos años, nuevos propósitos, nuevos proyectos.
¿Cuál es la razón por la que con el comienzo de un nuevo año muchos solemos hacernos nuevos propósitos?
Si lo pensamos un poco, del 31 de diciembre al 1º de enero pasan las mismas 24 horas de todos los días, amanecemos en un día y terminamos en otro, la Tierra rotó sobre su eje a la misma velocidad, siguió su movimiento de traslación al mismo ritmo, todo siguió igual.
La diferencia radica en nosotros, los seres humanos, que decidimos darle un significado diferente a esa fecha. Claro que nos basamos en ciertas cuestiones naturales como el ciclo de las estaciones, y porque tenemos necesidad de contar el tiempo, de tener un recurso que nos haga darnos cuenta qué tantos días han pasado, qué tanto hemos hecho, cuánto tiempo hemos perdido.
Por otro lado no podemos olvidar la importancia del calendario para saber cuándo celebraremos distintas ocasiones y cuándo ocurrirán eventos que esperamos, cuándo habrá que preparar la tierra y cuándo cosechar, y por supuesto, cuándo tendremos vacaciones y cuándo regresarán los niños a clases.
Hay muchas razones para tener un calendario, para llevar una agenda, para contar el tiempo. Pero no parece que eso influya demasiado con la idea de cambiar de año, al fin y al cabo seguimos en invierno o en verano, dependiendo dónde vivamos, y a muchos no les pesa tanto cambiar de año como aumentar de edad.
Si es cuestión de hacer propósitos personales, ya sea que nos decidamos cuando empieza el año o cuando cumplimos un año más de vida, o a la mitad del año; lo importante es replantearnos primero nuestras prioridades, cuestionarnos por qué es que queremos realizar tal o cual propósito, y ver si realmente nos encaminan a lo que queremos alcanzar en un futuro próximo y en nuestro proyecto de vida.
No dejemos que la moda o el “qué dirán” determinen lo que nos proponemos este año. Busquemos ser auténticos, competir más contra nosotros mismos que contra los demás, intentemos ser más serviciales y llevar un estilo de vida sano, démosle tiempo de calidad a nuestros seres queridos, y seamos audaces para luchar por alcanzar nuestros sueños.
No te detengas o desanimes si alguna vez no lo logras, nos pasa a todos. Levántate cada día pensando que hoy puedes ser mejor que ayer, que el día de hoy tiene un valor infinito pues el presente es el único tiempo que realmente existe y que tenemos a nuestro alcance para trabajar por lo que esperamos.
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