Quien ya haya visto la nueva película de Disney y Pixar, Coco, sabrá que “Recuérdame” es el tema de la canción de la película. Tema que en una palabra explica muy bien lo que nos quiere transmitir esta nueva producción de Disney, que recoge resumiendo en 127 minutos parte de nuestro legado cultural mexicano: la tradicional fiesta de Día de Muertos.
Sin duda para los más pequeños será una manera entretenida de conocer parte de esta tradición, reconocida por la UNESCO como patrimonio intangible de la humanidad. Podrán aprender por qué ponemos flores de cempasúchil o la foto de nuestros parientes difuntos en los altares, detalles que no faltan en ninguna ofrenda pero que a veces no se explica el significado de los mismos.
Pero más allá de los elementos que ponemos en las ofrendas y en las tumbas de nuestros seres queridos, Coco nos recuerda que lo que gira en torno a todas estas tradiciones es la familia.
En familia es que se pone la ofrenda y se recuerda a los que ya no están con nosotros, y como muestra bastante bien la película, los mayores de la familia son quienes poseen un papel primordial ya que ellos son quienes conservan en su memoria y transmiten a los más jóvenes de dónde vienen, además de ser ejemplo vivo de los valores que sostienen a nuestras familias tales como: la unidad, solidaridad, honradez, laboriosidad, generosidad, y muy importante, la religión.
Después de la conquista de los españoles y la llegada de los frailes, en su misión de evangelizar lograron hacer un sincretismo de la fiesta prehispánica del Día de los Muertos con la conmemoración de los fieles difuntos, es así que ahora en los altares de muertos no falta muchas veces un crucifijo, o en las tumbas una referencia a nuestra fe cristiana.
El cristianismo vino a añadirle al Día de Muertos aquello que añoraba: la esperanza no sólo de saber que mientras seamos recordados podremos seguir visitando a nuestros seres queridos; más allá de esto, la fe nos enseña que, así como Cristo resucitó de entre los muertos, nosotros estamos llamados a resucitar igual que Él y alcanzarlo en la gloria eterna.
Esta esperanza sobrepasa la de nuestros ancestros prehispánicos pues aunque nadie nos llegara a recordar en la Tierra, como sucede en la trama de la película, seguiremos vivos por siempre pues Dios nunca nos olvida y en Él existimos.
Por otro lado, el Día de Muertos nos recuerda algo importante: sí es bueno recordar a nuestros seres queridos y, sobre todo, rezar por el descanso de sus almas, ya que como creían nuestras culturas madres, antes del supramundo o Cielo existe un inframundo, o lugar de los muertos, lugar para las almas que aún deben purificarse antes de entrar al Cielo. Es lo que conocemos como Purgatorio, y nosotros sí tenemos el poder de ayudarles a las almas que se encuentran ahí rezando y ofreciendo misas por ellas.
Para explicarlo en otras palabras: si existieran los seguros en el otro mundo, sin dudarlo, el que más se vendería en el Purgatorio sería la garantía de que alguien en la Tierra no se olvidara de ti y rezara por ti, para que logres salir antes del tiempo establecido por la justicia de Dios.
Recordemos que mientras vivimos estamos en el tiempo de la Misericordia. Después del terremoto todo México revivió el sentido de solidaridad que vive en todo mexicano. Lo mismo que ayudamos a escarbar escombros, recolectar víveres o consolar a una persona sin casa; hagámoslo en estas fechas con quienes ya no vemos pero que siguen muy vivos en nuestros corazones para que descansen en paz.
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