Hoy día pasamos gran parte de nuestra vida en línea y las plataformas como Facebook, LinkedIn, Twitter y Whatsapp, entre otras, difunden y enlazan lo que hacemos todos los días en el trabajo y en nuestra vida personal. La era digital nos acerca más y nos permite comunicarnos con una agilidad con la que antes sólo se soñaba.
Hemos llevado la revolución tecnológica al ámbito de lo inmediato y de la multiconectividad. Los correos que enviamos se reciben prácticamente en tiempo real en cualquier dispositivo de cualquier lugar del mundo que se encuentre conectado a internet. La portabilidad nos permite realizar transacciones bancarias al momento, con registros compartidos directamente con los bancos. Tenemos acceso a casi cualquier tipo de información, videos, imágenes, mapas y servicios en segundos. Asimismo, podemos transportar y acceder a millones de libros en una pequeña memoria USB. Sin duda, vivimos una época que ofrece enormes ventajas.
En la era de la tecnología, el problema no radica siempre en obtener determinada información; por el contrario, diariamente se generan cantidades masivas de datos que las organizaciones aprovechan para mejorar sus sistemas, actualizar sus procesos, crear nuevos productos o servicios y tomar decisiones con fundamentos sólidos. La cooperación de millones de usuarios en el mundo que aportan generosamente sus conocimientos han formado enciclopedias como Wikipedia o han combatido enfermedades y problemas sociales de sumo interés en plataformas como Change.org, y los emprendedores pueden presentar sus proyectos a miles de peronas a fin de solicitar fondos al público en general para hacer realidad sus ideas en kickstart.
Estas son sólo unas cuantas de las miles de historias que podemos relatar sobre la tecnología en la actualidad; sin embargo, no todo es color de rosa. Los ciberataques del pasado mes de mayo han dejado algo en claro: los piratas informáticos también se pueden aprovechar de la tecnología. Como toda herramienta, la tecnología no es buena ni mala en sí misma. El uso que los hombres hacen de la tecnología es la que puede calificarse como constructiva o perjudicial.
Por ejemplo, el ataque cibernético consistente en un Ransomware (secuestrador virtual) llamado WannaCry afectó al menos a 150 países y puso en jaque a más de 300,000 computadoras domésticas e institucionales . Al momento de contagiar algún equipo, este código malicioso encriptaba la información contenida en el mismo y restringía el acceso del usuario o impedía la navegación hasta que hiciera un pago como “rescate” por el secuestro informático, se trató de una extorsión relativamente “pacífica” que puso al mundo a temblar ante la gravedad del ataque. Cabe señalar que en la mayoría de las ocasiones, incluso cuando se efectúa el pago, las personas no logran recuperar el control de la computadora y la información es destruida para siempre. Asimismo, la desactivación del secuestro requiere que un operador humano la realice manualmente y seguramente el secuestrador no va a acudir a la casa o empresa para efectuar la operación.
Sólo por un momento los invito a considerar lo siguiente:¿qué información tengo en la computadora de mi empresa?, ¿qué podría pasar si cae en manos equivocadas?, ¿qué se perdería si mañana desapareciera? y, por último, ¿qué tan valiosa es para mi y para la empresa? Seguramente la respuesta a la última cuestión es muy valiosa y puede ascender a una significativa cantidad en metálico. Finalmente, como una última reflexión, habrá que evaluar si mi organización está preparada para este tipo de amenazas.
Mientras los piratas informáticos persisten en su afán por diseñar y codificar nuevas formas de extorsionar a los usuarios o de robar su información, los creadores de sistemas de protección apenas pueden seguirles el paso para ir solucionando, en la medida de lo posible, los estragos que provocan.
México se ubica actualmente como el quinto país más atacado en la región . En 2014, la empresa de seguridad Norton, estimó que el costo por delitos cibernéticos ascendió a 40 mil millones de pesos . Por su parte, la policía federal calcula que hubo un aumento del 113% en incidentes de seguridad cibernética frente al año anterior.
Si consideras que aun a pesar de los esfuerzos de tu equipo de sistemas puedes tener áreas vulnerables, permíteme comentarte que estás en lo correcto, pero no tienes que vivir con esta incertidumbre. Llámanos y permítenos mostrarte las nuevas modalidades de seguro destinadas a proteger tu información cibernética y el equipo ante robo, filtración de datos, secuestro de información, pérdidas por interrupción de actividades, daños a la reputación, incendios o explosiones, cortos circuitos y actos de terceros malintencionados.
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