¿Quién conduce mejor? ¿Las mujeres o los hombres?
Es muy frecuente escuchar a las personas -sobre todo a los hombres- decir frases como: “mujer tenía que ser”, “mujer al volante…”, “conduce peor que una tortuga” entre otras frases que caen en estereotipos sobre nosotras las mujeres y nuestra particular forma al conducir. Por lo general, a los prejuicios los recurren personas poco pensantes y creativas. Sin embargo, debemos reconocer que existen elementos que marcan diferencias de género en la conducción vehicular.
La doctora estadounidense Louann Brizendine, científica y neuropsiquiatra, describe en su libro El Cerebro Femenino que “el cerebro masculino y femenino son diferentes por naturaleza”, lo cual explica por qué los hombres tienen una mayor coordinación en comparación con nosotras. Debido a su fuerte desarrollo psicomotriz pueden medir más precisamente el espacio, la distancia y la dimensión de su auto.
En cambio, nuestras capacidades femeninas se basan más en la interrelación social que en la competencia y la agresividad. No nos interesa llegar más rápido, sino llegar seguras. Por lo tanto, nuestro estilo de conducción es precavida, con mayor cortesía, más defensiva y pausada en comparación con los hombres. Eso sí, la precaución no nos exenta de sufrir algún tipo de accidente, ya sea ocasionado por terceros o por descuidos que cometemos mientras conducimos.
La mayoría hemos cometido faltas detrás de un volante y las más comunes, como: usar el celular ya sea para realizar una llamada, mandar mensajes o revisar las redes sociales, comer mientras conducimos con un mano, maquillarse viendo al espejo y no prestar la completa atención al camino, distraernos por buscar un objeto dentro del bolso, vigilar a los niños a cada minuto o estacionar el coche en doble fila sólo por un “momentito”.
Estas distracciones disminuyen nuestra coordinación y concentración en el camino y pueden ocasionar algún accidente. Ello no quiere decir que los hombres sean mejores conductores; de hecho, los conductores masculinos tienen más probabilidad de estar involucrados en accidentes más graves e incluso fatales.
La brecha entre los decesos según el género se ha ido acortando en los últimos años.
Tener un automóvil implica mucha responsabilidad. Debes aprender a conocerlo y brindarle los servicios necesarios para su buen funcionamiento, pero sobre todo, hay que convertirse en una conductora responsable tomando las precauciones necesarias y usando siempre el cinturón de seguridad.
Un seguro de auto te protegerá ante los riesgos y responsabilidades que enfrentas cada día. No conduzcas sin proteger tu patrimonio y tu salud. Acércate con nosotros y un asesor te brindará toda la información que requieras.
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