Cuando escuchamos el término mujer independiente, nos llega a la mente aquella mujer que proyecta confianza y seguridad, tiene determinación para superar obstáculos y constancia para lograr sus metas. Suelen ser mujeres proactivas que buscan tomar el control de sus decisiones, pero esto no significa que sean completamente autosuficientes. Hay cuestiones que salen de nuestro control, situaciones que no podemos prever.
Ser independiente no es igual que ser egoísta, y tampoco es una cuestión de género.
Significa estar conscientes de que nuestras decisiones van forjando nuestro destino, es decir, darnos cuenta que nuestras acciones tienen consecuencias y debemos de ser responsables de ellas. Una mujer independiente sabe estar en paz consigo misma, se da el tiempo para reflexionar sobre sus planes de vida e igualmente disfruta estar en compañía de su familia, amigos o pareja. Va más allá de independizarse económicamente y haber desarrollado sus aptitudes; posee empatía que la lleva a relacionarse bien con los demás y tiene la inteligencia emocional necesaria para levantarse ante un infortunio.
Ha aprendido a conocerse y es fiel a sus principios; no teme equivocarse, sabe pedir ayuda y celebra sus éxitos reconociendo a quienes la han apoyado en su triunfo. Es una mujer auténtica y los beneficios de serlo son muchos, pues ante todo cuida primero de su bienestar. Así que, más allá de los roles que desempeña en la sociedad, o dominar a la perfección el arte del multitasking, ser una mujer independiente te lleva a conquistar tus sueños y responsabilizarte de tus acciones.
Es importante que cuente con un respaldo para lograr sus objetivos mientras cuida de su salud. En la actualidad existe un seguro de gastos médicos pensado para la mujer, el cual brinda la cobertura necesaria ante enfermedades, tratamientos en caso de padecer cáncer, maternidad, cobertura conyugal, gastos funerarios, entre otros. Para conocer más detalles, acércate con nosotros y un asesor te proporcionará la información que necesites.
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